Facebook y los observadores

La semana pasada abrí mi cuenta de Facebook y encontré algo que llamó mucho mi atención. Cual epidemia, muchos de mis contactos habían instalado una aplicación denominada «Mis Observadores». Aparentemente la famosa aplicación permitía visualizar quienes de tus contactos habían visitado recientemente tu perfil (algo así como el popular programa que te permitía saber quien te había bloqueado en Hotmail MSN ). Claramente algo extraño había en esta famosa aplicación ya que de pronto aparecía como «observador» de muchos perfiles de amigos que no había visitado en mucho tiempo. Todo ello me generó una reflexión mayor.

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No es novedad hablar de los enormes riesgos que en términos de privacidad genera Facebook e Internet en general. Sin embargo con el transcurso del tiempo la empresa (Facebook) ha ido brindado distintas opciones para que los propios usuarios bloqueen o restringan el acceso a su perfil y, por ende, resguarden su privacidad. Sin embargo una cosa es Facebook y otra las aplicaciones desarolladas para Facebook por terceros, sobre las que la Facebook no tiene ningún control.  Tal es el caso de conocidas aplicaciones como Crazy Combi, Farmville entre otras muy populares que fluyen a través de la referida red social.

Decidí investigar un poco más y me percaté de un detalle que probablemente, dada la ansiedad de los internautas en llenar su perfil de aplicaciones, puede pasar desapercibida y que me pareció pertinente compartir con ustedes.  Cuando uno decide utilizar una aplicación en Facebook visualiza una imagen muy parecida a esta:

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Nótese claramente la advertencia «al continuar, estás permitiendo que Birthday Calendar obtenga acceso a tu información y estás aceptando las Condiciones de Uso de Facebook«.

Por su parte los términos y condiciones de uso de Facebook indican lo siguiente:

«When you add an application and use Platform, your content and information is shared with the application. We require applications to respect your privacy settings, but your agreement with that application will control how the application can use the content and information you share».

Si bien luego, los términos y condiciones presentan una serie de obligaciones que deberán cumplir los desarrolladores de aplicaciones, lo cierto es que una vez que accedieron a información privada cualquier medida de control es bastante limitada. Lo que en buena cuenta estamos haciendo cuando aceptamos e instalamos una aplicación en nuestro perfil es dando acceso y autorizando a ese tercero extraño a nuestra información personal.

Al parecer «Mis observadores» resultó siendo un bluff que lo único que buscaba era lograr acceso a  información personal probablemente con la finalidad de comercializar luego esta información y armar bases de datos para el envío de publicidad. Quizás podría ser parte de una red de secuestradores que estaban interesados en los datos personales de algunas personas en especial para perpetrar un delito. El abanico de posibilidades es enorme y por ahora nos movemos en el terreno de la especulación. No obstante ello, es importante advertir sobre el valor de nuestros datos personales en la sociedad de la información y la facilidad con la que,  sin reparar en ello, la entregamos a terceros de manera irrestricta para su posterior tratamiento y explotación.

En otros países el tema genera mucha preocupación (ver aquí y aquí). Sin embargo en nuestro país estos temas vinculados al Internet y la privacidad parecen no ser de mucho interés salvo contada excepciones.  Por ejemplo, en Europa hace varios años se viene hablando del derecho a la protección de los datos personales como un nuevo derecho fundamental que regula la recogida y tratamiento de los datos personales sin consentimiento de sus titulares. Es más existe amplia regulación y jurisprudencia al respecto.

Tal como señalamos en una entrega anterior, en nuestro país el proyecto de ley de protección de datos personales que promocionó allá por el año 2004 el Ministerio de Justicia nunca vio la luz. Más aún, en todo el debate sobre el Código de Consumo, tampoco aparece ninguna mención a la protección de los datos personales, aspecto que sí se encuentra recogido en la legislación comparada. Lo paradójico es que contamos con una prometedora iniciativa denominada Registro «Gracias No Insista» y con una innovadora  legislación antispam que claramente pretenden atacar la publicidad comercial invasiva y no solicitada, sin embargo nos hemos olvidado de los insumos que sirven para que dicha publicidad se consume, es decir, de nuestros queridos datos personales.

Por el momento los dejamos con estas reflexiones y con algunas sugerencias del  jefe de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología, Óscar Gonzáles, quien, entre otras cosas, aporta una valiosa recomendación con la que coincidimos: hay que «tener más cuidado con la información personal que se proporciona a través de las redes como Facebook, Twiter y Hi5″.

Borges 2.0

«Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche«.

Mi contacto con Borges (1899 – 1986) fue más bien tardío, creo que andaba por el ecuador de la carrera de Derecho en la Universidad de Lima. Ficciones fue el libro que escogí -o me eligió- para adentrarme en la obra del genio porteño, confieso que su prosa me sedujo para siempre inmisericordemente. Curiosamente también por aquella época empecé a leer novelas de ciencia ficción, nombres como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Alfred Bester o Roger Zelazny se convirtieron en habituales sobre mi mesa de noche. Como veremos el enroque entre Borges y la novela de ciencia ficción, casual en mi experiencia, no es forzado.

Ficciones es tal vez el título más conocido de Borges. Siempre encontré misteriosa la forma en la que estaba dividido (El jardín de senderos que se bifurcan y Artificios), sin embargo, hace poco descubrí que el motivo de su seccionamiento se debía a que la primera parte fue publicada tres años antes, en 1941. La edición de 1944, tiene un prólogo adicional y seis cuentos más, completada en 1956 con tres nuevos relatos.

Miguel Morachimo ya se refirió a alguno de estos cuentos en una de sus primeras entradas (La biblioteca de Babel y la paternidad responsable de los derechos de autor). Borges está de moda, por tanto no es casualidad que una antología de sus trabajos (Labyrinths) se haya reeditado el año pasado en los Estados Unidos luego de casi cincuenta años por New Directions. Tampoco es accidental que esta edición esté prologada por William Gibson, el famoso novelista padre del ciberpunk que acuñara el término ciberespacio.

Una de las razones que parece impulsar este renovado acercamiento con la prosa de Borges, es que algunos (Umberto Ecco entre ellos) creen ver en sus relatos referencias a Internet y al fenómeno blogger, supongo que otra razón será su calidad narrativa, aunque nunca se sabe.

Perla Sassón-Henry, profesora asociada del departamento de estudios lingüísticos de la Academia Naval de los Estados Unidos, publicó el año pasado Borges 2.0: From text to virtual worlds (Borges 2.0: Del texto a las palabras virtuales), donde explora las conexiones entre la Internet descentralizada YouTube, los blogs y la Wikipedia -la web 2.0- y algunas de las historias de Borges.

Noam Cohen, en una reseña del libro publicada originalmente en The New York Times (Borges and the Foreseeable Future), nos advierte que un grupo central de las historias de Borges -Funes el memorioso, La biblioteca de Babel y Tlön, Uqbar, Orbis Tertius-, con sus bibliotecas y hombres que no olvidan (Si Internet no olvida, Google tampoco), enciclopedias de colaboradores (Un nuevo paradigma: ¿todos pueden usar mi contenido?), mundos virtuales evocados desde la página impresa (La muerte y los impuestos) y portales que vigilan  todo el planeta (Viacom y la privacidad de los usuarios de YouTube), se han convertido en canon para los que encuentran una intersección entre las nuevas tecnologías y la literatura.

Cy-Borges: Memories of the Posthumous in the Work of Jorge Luis Borges (Cy-Borges: Recuerdo de lo póstumo en la obra de Jorge Luis Borges) de Stefan Herbrechter (Trinity and All Saints College, Universidad de Leeds) e Ivan Callus (Universidad de Malta) iría en la misma línea, lamentablemente, más allá de la escueta reseña en Amazon no he podido encontrar más sobre este libro.

Algunos párrafos de Ficciones, como verán si hasta parece ciberpunk:

De «La Biblioteca de Babel«

«Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la esperanza. En aquel tiempo se habló mucho de las Vindicaciones: libros de apología y de profecía, que para siempre vindicaban los actos de cada hombre del universo y guardaban arcanos prodigiosos para su porvenir. Miles de codiciosos abandonaron el dulce hexágono natal y se lanzaron escaleras arriba, urgidos por el vano propósito de encontrar su Vindicación. Esos peregrinos disputaban en los corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las escaleras divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo de los túneles, morían despeñados por los hombres de regiones remotas. Otros se enloquecieron… »

De «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius«:

«Ese arriesgado cómputo nos retrae al problema fundamental: ¿Quiénes inventaron a Tlön? El plural es inevitable, porque la hipótesis de un solo inventor –de un infinito Leibniz obrando en la tiniebla y en la modestia– ha sido descartada unánimemente. Se conjetura que este brave new world es obra de una sociedad secreta de astrónomos, de biólogos, de ingenieros, de metafísicos, de poetas, de químicos, de algebristas, de moralistas, de pintores, de geómetras… dirigidos por un oscuro hombre de genio. Abundan individuos que dominan esas disciplinas diversas, pero no los capaces de invención y menos los capaces de subordinar la invención a un riguroso plan sistemático. Ese plan es tan vasto que la contribución de cada escritor es infinitesimal. Al principio se creyó que Tlön era un mero caos, una irresponsable licencia de la imaginación; ahora se sabe que es un cosmos y las íntimas leves que lo rigen han sido formuladas, siquiera en modo provisional

Memorias de un pueblo fantasma, cerveza gratis y socialismo 2.0

Es difícil emplear conceptos acuñados en el pasado para describir los actuales procesos sociales. Creo que es precisamente lo que ocurre con el término socialismo para aplicarlo a algunos fenómenos de Internet. Hace unos días realizamos una breve crónica (¿Es la web 2.0 socialista?) de la discusión que mantenían Lawrence Lessig y Kevin Kelly respecto de si Internet es socialista. Coincido con Kelly cuando señala que muchos de los esfuerzos de lo que hoy en día llamamos web 2.0 son colectivos y por tanto podrían presentar algunas similitudes con un modelo de organización colectivista o cooperativo. Sin embargo, considero que Lessig tiene razón, aunque discrepe con su análisis político, respecto que Internet no es socialista. Sobre el particular el comentario que hace Miguel Morachimo a la entrada me parece de lo más acertado.

En la misma línea, destaco otro comentario al post. Lupi nos dice que «…llame como se le llame, socialismo o etc. Si no altera en nada las bases materiales, pues, no altera nada radicalmente (más sí, obviamente, en el campo cultural, lo cual podría cambiar todo luego). Mas no nada radicalmente. Los ricos siguen siendo menos. Los pobres siguen siendo más. Cuando cambie algo en eso, podría recién hablarse de palabras mayores.«

Ignoro cuál es la carga de profundidad que tiene el comentario de Lupi, pero en esencia vale para entender que la posición de Kelly es una versión descafeinada de socialismo, pues la existencia de estructuras comunitarias organizadas no es suficiente para calificar a la web 2.0 como socialista. Me valdré para ello de algunos ejemplos.

En el artículo de Kelly en Wired (The New Socialism: Global Collectivist Society Is Coming Online) que utilicé para contraponer su tesis a la de Lessig, se hace una cronología moderna del socialismo, en ella aparecen diversos hitos del socialismo 2.0 como Blogger, Wikipedia, Facebbok y Twiter junto con la Revolución de Octubre o la Revolución cubana. ¿Son en realidad socialistas modelos como Wikiedia o Facebook?

Wikipedia es una de esas raras historias en las que el postre termina siendo más importante que el plato de fondo. En el 2000, Jimmy Wales lanzó Nupedia, una enciclopedia en línea alimentada por artículos de especialistas no remunerados y un proceso de revisión entre pares. Como el proyecto avanzaba lentamente se creó un wiki para agilizar la creación de artículos. La historia siguientes es conocida Wikipedia se tragó a Nupedia que dejó de funcionar en el 2003.

Sin embargo, lo importante en este extremo no es determinar quien tiene la capacidad de colaborar en el desarrollo del sitio, sino cuál es el modelo de gestión. Veremos otro ejemplo.

¿Quién no se acuerda de GeoCities? GeoCities (antecedente de redes como Facebook, MySpace y de plataformas de blogs como Blogger y WordPress) era un servicio gratuito de webhosting fundado en 1994 como Beverly Hills Internet (BHI). Originalmente, los usuarios seleccionaban un «barrio» en el cual alojaban su página web de acuerdo con su contenido. En enero de 2000 Yahoo! compró GeoCities por 4 millones de dólares, lo gestionó fatal y sus ciudadanos migraron masivamente a plataformas más amigables. Nueve años después de su compra Yahoo anunció el cierre definitivo de GeoCities (So Long, GeoCities: We Forgot You Still Existed) y que sus archivos serán eliminados de los servidores. Se veía venir, hacía tiempo que GeoCities era un pueblo fantasma.

¿En qué se parecen Wikipedia y GeoCities? En que ambos son -eran- gratuitos. ¿Qué los diferencia? Que en Wikipedia los niveles de participación escalan hasta la cabeza y en Geocities como hoy en Facebook, MySpace o Blogger el sitio era -es- administrado por una empresa bajo patrones de dirección capitalistas. No es lo mismo hablar de un bien común que tener cerveza gratis.

David Bollier en onthecommons.org (When Web Communities Become Ghost Towns) señala algunas cosas interesantes sobre cuándo nos encontramos ante un bien común o ante una iniciativa empresarial. Muchas empresas desarrollan sitios de acceso libre, porque esa es la dinámica del mercado, es la forma para atraer una mayor audiencia y la forma obtener mayores ingresos por publicidad.

No olvidemos que en muchos de estos esquemas la razón de ser del site es hacer dinero y las condiciones del servicio se diseñan para alcanzar este objetivo. Aquellas comunidades alojadas en un sitio de esta naturaleza están subordinadas a un agente empresarial y éste impone una serie de condiciones sobre los contenidos generados por los usuarios como apropiarse de este material.

Resumiendo, creo que la economía de Internet ha logrado moldear gran parte de su dinámica social. Muchos sitios son gratuitos porque los modelos de pago fracasaron estrepitósamente y porque hay alguien dispuesto a pagar vía la publicidad por esta gratuidad. El hecho que en estos sitios se pueda compartir material no los aparta de la dinámica del mercado y por supuesto no los convierte en espacios libres de la lógica capitalista. Cerveza gratis no es socialismo.

¿Son legales los blogs anónimos?

Una de las reglas que introducía el tristemente célebre Proyecto de Ley Mordaza que agitó las redes hace unas semanas era, en su artículo 3, la obligación de los medios de comunicación social (“periodismo digital” incluido) de consignar el nombre del director del medio, o de quien haga sus veces, así como el lugar exacto donde se edita y emite el mismo (la historia completa la cuentan Godoy y Salinas). Esta norma, sin embargo, se encuentra contenida en el artículo 2 de la Ley 26775, que regula el derecho de rectificación de personas afectadas por afirmaciones inexactas en medios de comunicación social, vigente con idéntica redacción desde agosto de 1997.

¿Significa que actualmente todo blog o medio difundido a través de Internet tiene la obligación de identificarse? La respuesta depende de lo que entendamos por “medio de comunicación social”. No todos los medios de emisión de discursos, informativos o expresivos, constituyen medios de comunicación social. Aunque no los ha listado, el Tribunal Constitucional ha reconocido a los “medios de comunicación social” como instituciones constitucionales, dada la relevancia que tiene su actuación en la sociedad. Así, para que un medio sea considerado “medio de comunicación social” es importante que, dada su naturaleza, tenga la capacidad de llegar a un número suficiente de personas para incidir en la formación de opiniones y voluntades. ¿Cómo se aplica esta regla a la Internet? No se ha sentado un criterio y será labor de los tribunales elaborar un test que no desnaturalice el sentido de la expresión “medios de comunicación social” atribuyéndole tal condición a cualquier medio de comunicación a través de Internet.

En atención a la finalidad de la norma, regular el derecho de rectificación de personas afectadas por afirmaciones inexactas, esta obligación de identificación solo alcanzaría a los medios de comunicación social a través de los cuales se ejerza la libertad de información, no la libertad de expresión en sentido estricto. La libertad de expresión garantiza que las personas puedan trasmitir y difundir libremente sus ideas, pensamientos, juicios de valor u opiniones, las cuales son necesariamente subjetivas (ej. decir que uno está en desacuerdo con el manejo de la ética en el Congreso). Su único límite son los derechos de terceros, razón por la cual se encuentra regulada la difamación. La libertad de información, por su parte, garantiza las libertades de buscar, recibir y difundir informaciones sujetas a un deber de veracidad en tanto se trata de hechos verificables y posibles de ser calificados en términos de exactos o inexactos (ej. decir que tal funcionario es un corrupto porque recibió una coima lleva implícito el deber de ser veraz en la afirmación hecha).

La regla del artículo 2 de la Ley 26775 significa, entonces, que todo medio de comunicación social (que, en función de su alcance, podría ser un medio por Internet) a través del cual se difunda información verificable como noticias o investigaciones periodísticas de cualquier tipo tiene la obligación de consignar el nombre del director del medio, o de quien haga sus veces, así como el lugar exacto donde se edita y emite el mismo con la finalidad de poder ser contactado por terceros a efectos del ejercicio del derecho de rectificación. A contrario, esta regla nos dice que todo aquel que se limite simplemente a expresar opiniones personales como juicios de valor, comentarios sobre hechos noticiosos o simples anécdotas a través de Internet (blogs, twitter, facebook, etcétera) puede ejercer su derecho a la libertad de expresión en forma anónima.

La ilustración es de Andrés Edery, publicada en El Otorongo del 23 de agosto de 2009.

Un mundo en guerra

Al alba del 1 de septiembre de 1939 el viejo acorazado alemán Schleswig-Holstein reposaba tranquilamente en el estuario del puerto de Danzig cerca de la desembocadura del Vístula. A las 4:30 de la mañana leva anclas y suavemente se traslada por el canal, hasta tomar posición de combate frente al fuerte polaco de Westerplatte. Imagino al capitán del barco, al todavía joven KzS Gustav Kleikamp, intuir apenas la silueta de la fortaleza con sus prismáticos y lo veo unos minutos después ordenando a su artillería escupir fuego contra los descuidados defensores. El cabo Ignacy Skowron se encontraba de guardia en ese momento, lo siento somnoliento y cansado ignorante de lo que se le vendrá encima, cuando observa desde su parapeto que una chispa sale de un costado del acorazado alemán. Décimas después, un proyectil de 280 mm impacta contra las defensas. La Segunda Guerra Mundial ha comenzado, hace casi exactamente 70 años.

Este es el mundo real y sabemos que la evolución de la humanidad es una historia de guerras y matanzas. Pero contrariamente a lo que podíamos pensar, el ciberespacio no ha estado libre de enfrentamientos, menos sangrientos tal vez pero igual de virulentos. Creo que mucho del Internet que tenemos y el que se está moldeando es y será fruto de estas guerras, de las que han sido y de las que vendrán.

La más famosa de todas es la Guerra de los Navegadores (The Browser Wars), algo así como la Gran Guerra de Internet. La Primera Guerra de los Navegadores (1996 – 2002) enfrentó a Microsoft, con su buque insignia el navegador Internet Explorer y Netscape, con su Navigator, por la dominancia del mercado de navegadores web. Microsoft con más recursos logró controlar las principales vías de aprovisionamiento de su contrincante hasta aplastarle y borrarlo del mapa. La Segunda Guerra de los Navegadores (2005 – 2007), nos permitió intuir lo que vendría después, en ella Internet Explorer enfrentó a los herederos de Nescape como Mozilla, FirefoxSafari Opera. La Tercera Guerra de los Navegadores (2008 – ) se disputa entre los cinco principales navegadores de la actualidad: Internet Explorer, Mozilla Firefox, Safari, Opera y Chrome. Ya hicimos el parte de guerra (Google Chrome y las Browser Wars).

No podemos pasar por alto a las Guerras de Competencia. La primera es la Sublevación de Washington (1998 -2001), 19 Estados de la Unión lideraron una sublevación en el corazón de los dominios de Microsof liderados por «Atila» Jackson. Una vez perdidos sus aliados políticos el ejército rebelde diezmado y agotado no logró que se sancionara a Microsoft por entorpecer la competencia en el mercado de Internet de los Estados Unidos. Luego estalló la Gran Guerra Europea de la Competencia, entre la Comisión Europea y la división oriental de Microsoft. La primera etapa de este enfrentamiento fue la Guerra del Reproductor (1999 – 2004). Esta vez Microsoft enfrentó a un rival de fuste que vengó sin paliativos a los valientes de Washington hasta imponerle una multa de 497.2 millones de euros por destruir el mercado de reproductores multimedia. Reconfortada por esta victoria, la Comisión intenta saldar viejas deudas y ha iniciado la Guerra Europea del Navegador (2008 – ) contra Microsoft por agregar a su sistema operativo el Internet Explorer. Tenemos parte de guerra (Microsoft y la UE: la guerra continúa).

Otro enfrentamiento trascendente es el de las Guerras de los Derechos de Autor (Intellectual Property and Copyright Wars). Lucha feroz donde los regulares de los derechos de autor se enfrentan no sólo a rivales de línea sino también a una enorme guerrilla que los hace retroceder constantemente. Las Guerras de los Derechos de Autor comenzaron en 1995 cuando la industria de contenidos (una alianza formada por la industria musical, la cinematográfica y la editorial) de los Estados Unidos elaboró una estrategia para defenderse del ataque de las tecnologías digitales. Entre 1997 y 1998 se aprobaron una serie de leyes destinadas a extender la vida útil de los derechos de autor, reforzar las sanciones penales y castigar el uso de tecnologías que trataban de eludir los sistemas de seguridad de los contenidos digitales. A estas leyes se sucedió una ofensiva litigiosa contra las entidades más representativas de esta amenaza como MP3.com y Napster. Luego, como el pueblo estaba armado, la alianza intentó reprimir a los internautas acusándolos de descargar música o permitir a otros a hacer lo mismo. Sólo en junio de 2006, la Recording Industry Association of América (RIAA) demandó a 17.587 personas por vulnerar los derechos de autor. Al día de hoy los combates continúan.

Un frente menor lo constituyen las llamadas Guerras de la Privacidad (Privacy Wars). Recordemos que la Primera Guerra de la Privacidad (1990 – 2001), comenzó cuando la Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Commission) fomentó inicialmente la autorregulación de la industria para luego pedir al Congreso de los Estados Unidos legislar para hacer cumplir la privacidad de los sitios web, finalmente no lo hizo. La Segunda Guerra de la Privacidad (2009 -) acaba de comenzar, una coalición de defensoras de los derechos de los consumidores vienen atacando los mecanismos de publicidad dirigida, exigiendo que el Estado instaure una suerte de privacidad preventiva deteniendo los anuncios en línea personalizados sobre la base de los hábitos de los consumidores. La crónica completa en Liberation Front (Privacy War II (Part 1): Attack of the Anti-Advertising Axis).

El panorama parece desolador y nuevos combates se vislumbran en el horizonte mejor dicho en el aire con la cloud computingo computación en nube, que nos promete una serie deserviciosdirectamente a través de Internet. Veremos que pasa, pero creo que a diferencia de las guerras del mundo real de éstas saldremos ganando todos.

Para los interesados les dejo la primera escena de la Segunda Guerra Mundial: el Schleswig-Holstein castiga la fortaleza de Westerplatte el 1 de septiembre de 1939.

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¿Es Internet un peligro para la democracia?

Los siguientes dos años en el Perú serán años electorales. Pocos periodos como el actual han estado tan marcados por el juego de estrategias políticas de uno y otro lado con tanta anticipación a los comicios. A diferencia de otras campañas, la competencia esta vez también estará en Internet. La presencia de candidatos y sus campañas en Internet impacta directamente: (i) en los votantes que cuentan con un medio de expresión (blogs, foros, comentarios, Facebook) a través de los cuales pueden manifestar sus opiniones e intercambiarlas a un costo relativamente bajo; y, (ii) en los votantes que utilizan la red como fuente de información y acceden tanto a medios de noticias como a los blogs y medios producidos por los votantes del primer grupo.

A diferencia de lo que sucedía en nuestro pequeño mundo analógico, la red nos ofrece infinitas posibilidades de intercambio de información. No cabe duda de que tener acceso a miles de foros, listas de interés, blogs y periódicos independientes resulta un elemento valioso para las bases de un diálogo democrático. El que existan distintas alternativas de acceso a la información implica, naturalmente, que los consumidores demandarán aquella que valoren más en función de sus intereses. La arquitectura de la red potencia esta soberanía del consumidor, permitiendo que uno pueda tener total poder de decisión sobre los temas respecto de los cuales quiere y no quiere informarse. La idea del periódico personalizado, como el servicio Google News, logra que uno pueda leer solo lo que nos interesa. En el escenario analógico, un universo de personas que antes accedían a un número relativamente bajo de fuentes informativas estaban expuestas a leer noticias que no le interesaban en absoluto o que no sabía que podían interesarle. Ahora, se produce una distorsión interesante: si una persona solo está interesada en un conjunto de temas afines, tiene la capacidad de elegir no verse expuesta a una serie de otros temas.

Sin embargo, ¿la posibilidad de que una persona esté en la capacidad de evadir informarse de los temas que, en principio, parecen no interesarle directamente es un peligro? ¿Acaso esta potestad no está comprendida dentro de la libertad de información reconocida en la Constitución? Cass R. Sunstein, profesor de la Universidad de Harvard y actual director de la Office of Information and Regulatory Affairs de la Casa Blanca nos dice que, efectivamente, esta libertad pone en riesgo las nociones sobre las que se construyó la democracia en los países occidentales (Republic 2.0. Princeton: Princeton University Press, 2007). Un sistema de libertad de expresión, para Sunstein, debe de cumplir con dos requisitos distintivos: (i) que las personas estén expuestas a información que no hayan seleccionado previamente; y, (ii) que un importante número de ciudadanos cuente con un rango de experiencias comunes.

Sunstein sostiene que el derecho a la libertad de expresión, en su faceta de libertad de información, importó para el desarrollo de países como Estados Unidos en tanto garantizaba la posibilidad de los ciudadanos de acceder a una agenda de temas de interés social (“la más grande amenaza para la libertad son los ciudadanos inertes”, diría el Juez Brandeis) . El fenómeno actual de la soberanía del consumidor de servicios informativos mina este presupuesto y contiene la posibilidad de generar fragmentación y extremismo. Antes, mientras partidarios de distintos puntos de vista se veían expuestos a opiniones divergentes dada la escasa oferta de medios, las opiniones tendían a converger en ciertos aspectos y la toma de decisiones funcionaba. En el contexto actual, una gran cantidad de personas pueden congregarse alrededor de fuentes con las que compartan puntos de vista, lo que logra polarizar las opiniones y claramente eleva los costos de un acuerdo conjunto entre diferentes puntos de vista.

¿Es importante esta discusión para el Perú? Yo creo que sí, en tanto se lea como una recomendación a no perder de vista los temas de interés nacional y se comprenda la importancia de tener un rango de información común. Sería absurdo proponer que el Estado regule este aspecto obligando a los medios en Internet a dar cobertura a distintos temas, o a los usuarios mismos a acceder obligatoriamente a ellos. El mercado peruano de Internet, aunque ya importante, está en una etapa de desarrollo. Tampoco hay que engañarse pensando que este fenómeno afectaría a la inmensa mayoría de votantes. Este debate es importante para lo que se viene. Quienes tenemos la oportunidad de ejercer nuestros derechos a la libertad de expresión e información a través de Internet tenemos también un deber: el de colaborar en la formación de un debate heterogéneo. Creo que iniciativas como la llamada de atención a los medios sobre la cobertura del friaje, el impacto del Baguazo en Twitter o el debate sobre la compensación por copia privada son un excelente ejemplo de ello.

¿Es la web 2.0 socialista?

Si algo ha desaparecido en los últimos tiempos del mundo real  es la discusión dogmática. La otrora confrontación de ideas políticas, con su propuesta de mundos ideales según se viera desde la derecha o izquierda, ha sido dejada de lado por una retórica más o menos insulsa sobre la mejor forma de administrar la cosa pública. Salvo algunos alucinantes proyectos, encabezados por el Chavismo venezolano y sus satélites latinoamericanos, la nueva arena política es tan entretenida como bailar con la hermana. Mejor.

Pero el ciberespacio es otra cosa. Aquí se discuten con profundidad algunos tópicos que hace unos lustros estaban reservados para otras realidades. Mientras que en el mundo real tenemos practicidad aquí encontramos dogmática, si allí desinterés aquí participación y frente a la apatía en el metaverso se actúa con pasión.

Prueba de ello son dos de los últimos posts del blog de Lessig (Et tu, KK? (aka, No, Kevin, this is not «socialism»On «socialism»: round II), que nos dejan una interesante polémica con Kevin Kelly, de la cual participaré humildemente desde este pequeño rincón. El tema es sugerente, aunque ignoro cuál sea su utilidad: ¿Es la web 2.0 socialista?

Kelly sostiene en un artículo publicado en Wired (The New Socialism: Global Collectivist Society Is Coming Online), que la fiebre mundial para conectar a todos con todos es una versión revisada del socialismo. Para Kelly los aspectos comunitarios de la cultura digital son profundos y amplios. Wikipedia es un ejemplo notable de un colectivismo emergente. Proliferan los sitios de colaboración como Digg, StumbleUpon, The Hype Machine y Twine, los cuales sugieren un movimiento constante hacia una especie de socialismo sintonizado con un mundo en red.

En este socialismo en lugar de granjas colectivas, nos reunimos en mundos colectivos. En lugar de fábricas estatales, tenemos fábricas de escritorio conectados a cooperativas virtuales. En lugar de compartir brocas, picos y palas, se comparten aplicaciones, scripts y APIs. En lugar de politburós sin rostro, tenemos una meritocracia sin rostro, donde lo único que importa es hacer las cosas. Si las masas poseen los medios de producción, contribuyen hacia una meta común sin salario y sin gozar de los frutos de su esfuerzo ¿No es razonable decir que es socialismo?

Lessig discrepa y cree que por el contrario web 2.0 no es socialista (Et tu, KK? (aka, No, Kevin, this is not «socialism») y On «socialism»: round II). Considera que El núcleo del socialismo es la coacción (justificada o no). El núcleo de las conductas que Kelly celebra es la libertad.

Lessig mete mano a un clásico -nada menos que a Adam Shmith-. Señala, el objetivo de Smith era tanto entender el papel del mercado como explicar la provisión de los bienes públicos. Sólo se puede comprender el papel del mercado en un contexto de bienes públicos y un asunto de vital importancia es cómo una sociedad los produce.

Smith estuvo fascinado por los bienes públicos (no rivales y no excluyentes, como los economistas conceptuaron más tarde), pero que no fueron creados por cualquier actor central como el Estado, sino por las acciones voluntarias de los individuos. Lo que Smith estaba señalando no es razonable llamarlo socialismo, debido a que el socialismo utiliza el poder del Estado para obtener un resultado que de otro modo no habría sido sostenido voluntariamente por las personas.

Lessig cree que no es momento de hacer una redefinición lúdica de un término que tiene un sentido claro y particular. Lo que quiera que el «socialismo» pudo haber sido si no hubiera sido secuestrado por las revoluciones en el Este es intrascendente, pues el significado del término no es lo que es hoy Wikipedia.

Ignoro si nos encontramos ante una discusión trascendente, en realidad muy pocas lo son, pero no cabe duda que es interesante. Hace unos días conversaba con Enrique Pasquel con ocasión de la presentación del  libro «El impacto de las innovaciones tecnológicas en el Derecho Privado«, precisamente sobre este tópico. Anotábamos, como algunas posiciones antagónicas en otros escenarios -los derechos de propiedad reales específicamente- no lo son tanto en la Red, donde austriacos y neo marxistas parecen coincidir.

Jorge del Prado (1910-1999), miembro del Partido Comunista Peruano, definió al socialismo como la «socialización de los medios de consumo para liberar a los hombres de la explotación» (HILDEBRANT, Cesar. Cambio de palabras. 2008). Es difícil, atendiendo a su concepto clásico, calificar a Internet como socialista. El hecho que se produzcan una serie de desarrollos colaborativos no afecta en esencia el hecho de que la web siga siendo capitalista. Lo que está en manos de los usuarios, son algunos insumos y el producto del proceso productivo, pero los medios de producción no son colectivos. Bajo este esquema no es posible definir a la web 2.0 como socialista. Punto para Lessig.

El último egregor

Interbrain

Nota preliminar:¿Qué es un egregor? Para hacerlo simple, es un término esotérico que describe a una “entidad” autónoma formada y alimentada por la energía de un grupo de pensamientos alineados alrededor de un concepto o concentrados en un objetivo.

Desde que el hombre es hombre, o mejor dicho, desde que las almas hicieron su descenso a este mundo material y quedaron atrapadas en los vehículos físicos que nosotros llamamos cuerpo; hemos sido testigos de la incesante búsqueda de estas almas por lograr que sus pensamientos y emociones puedan ser captadas o recibidas por otras almas (y mientras mas de ellas mejor).

El primer salto evolutivo, y que algunos dirían que es justo aquello que define a la humanidad y la diferencia de los animales, fue la creación del lenguaje. Con este desarrollo biológico, estas pobres almas prisioneras lograron finalmente transmitir sus pensamientos y emociones a otras almas cercanas a ellas. Así fue durante siglos. Los humanos se comunicaban con otros humanos primero dentro de sus núcleos familiares o tribales logrando formar los primeros egrégores que, aunque pequeños, permitieron el flujo de experiencias y la acumulación de conocimiento dentro de ese grupo de almas. Este conocimiento acumulado permitió diversos desarrollos tecnológicos que dieron su nombre a posteriores épocas del desarrollo pre-histórico de la humanidad, i.e. la edad de piedra, la edad de bronce, etc.

El segundo salto evolutivo en importancia, desde nuestro punto de vista, fue la creación de la escritura. Es tan importante que, a partir de este momento, la historia recién comienza a llamarse historia y empieza a guardarse registro de los pensamientos, experiencias y conocimientos de la humanidad. A diferencia de la anterior etapa; en ésta, las pobres almas a que hacíamos referencia lograron llevar sus pensamientos y emociones más allá del círculo de seres cercanos a ellos, más allá de la fogata o reunión tribal logrando la creación de egrégores de mayor tamaño. Con la escritura, las emociones y experiencias de un hombre podían quedar guardadas para la posteridad y compartidas con seres humanos con los que nunca pudiera haber tenido contacto. Así, las pobres almas del futuro podrían acceder a los pensamientos del pasado y revivirlos o a los pensamientos de personas alejadas y sentirlos cercanos (¿el correo?).

Aunque la escritura permitió el crecimiento de los egrégores, el acceso a los textos escritos estaba limitado por dos razones: (i) los textos eran generalmente realizados en pequeñas cantidades –de modo que solo eran conocidas por un pequeño número de personas allegadas al dueño de la copia—y (ii) la mayoría de personas no sabían leer –por lo que el número de privilegiados se reducía mientras el resto seguía viviendo en egrégores de menor tamaño (y por ende de menor “potencia”?). En efecto, imaginemos la época en que los textos eran colocados en tablillas de barro o en papiro, en donde casi en la generalidad de los casos había un original el cual solo podía ser leído por aquellos que tenían acceso físico al documento y que, además, pertenecían a las clases sociales privilegiadas (generalmente iniciados de alguna escuela mística o miembros de una casta política). Algo distinto ocurrió posteriormente en la época de los copistas en la que tanto el número de copias como el número de letrados se había incrementado aunque, sin embargo, surgieron mecanismos para impedir el flujo de información como la inquisición y la censura (ver Index Librorum Prohibitorum) que impedían inclusive a los letrados tener acceso a los conocimientos, experiencias o emociones de almas anteriores o lejanas a ellos.

Un poco más adelante en este rápido escarceo (ver la quinta definición) histórico, surge un nuevo invento –como es la imprenta— la  cual permitió incrementar el número de copias de cada documento y brindar acceso a mayor cantidad de personas. Como es obvio a estas alturas de la exposición, el egregor que se formó en este caso alrededor de cada escrito fue gigantesco y poderoso, permitiendo revoluciones científicas, sociales y religiosas como nunca antes se había visto.

Posteriormente, se produjo la creación de las telecomunicaciones. Estas permitieron que las personas pudieran romper las barreras de espacio para transmitir sus pensamientos casi instantáneamente alrededor del mundo. Aunque si hablamos de los egrégores formados alrededor del teléfono, fax, telex y otros medios similares pareciera que son menores en tamaño que aquél formado por la televisión o la radio que, sin duda, formaron los egrégores mas grandes que conoció la humanidad hasta hace 40 años.

Efectivamente, el día de ayer se han celebrado los 40 años de la creación de Internet (…y finalmente se aprecia la razón de este post en un blog de derecho y tecnología) cuya potencia ha permitido que las personas no solo rompamos las barreras del espacio sino también la del tiempo. Ahora, las pobres almas apresadas en este mundo pueden conectarse con miles de almas al mismo tiempo (blogs), mantenerse cercano a aquellos seres queridos alejados geográficamente (facebook), tener acceso instantáneo a los sentimientos de otras personas (twitter), crear la compilación de conocimiento mas grande de la historia (wikipedia), compartir mis intereses con millones de personas (social bookmarking) o lograr una agrupación de sentimientos o pensamientos alrededor de un objetivo –un egregor??—en un tamaño infinitamente superior a lo que puede haber ocurrido en cualquier otra época (Activismo 2.0). Es decir, nos encontramos frente a la revolución mas grande de la historia de la humanidad y no debemos mantenernos alejados pues perderemos la oportunidad de alimentarnos de esta conjunción de energías.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Será posible crear un egregor más poderoso? Les dejo un video que encontré al respecto y que les permitirá dar una mirada a lo que se viene…

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El último egregor

Interbrain

Nota preliminar:¿Qué es un egregor? Para hacerlo simple, es un término esotérico que describe a una “entidad” autónoma formada y alimentada por la energía de un grupo de pensamientos alineados alrededor de un concepto o concentrados en un objetivo.

Desde que el hombre es hombre, o mejor dicho, desde que las almas hicieron su descenso a este mundo material y quedaron atrapadas en los vehículos físicos que nosotros llamamos cuerpo; hemos sido testigos de la incesante búsqueda de estas almas por lograr que sus pensamientos y emociones puedan ser captadas o recibidas por otras almas (y mientras mas de ellas mejor).

El primer salto evolutivo, y que algunos dirían que es justo aquello que define a la humanidad y la diferencia de los animales, fue la creación del lenguaje. Con este desarrollo biológico, estas pobres almas prisioneras lograron finalmente transmitir sus pensamientos y emociones a otras almas cercanas a ellas. Así fue durante siglos. Los humanos se comunicaban con otros humanos primero dentro de sus núcleos familiares o tribales logrando formar los primeros egrégores que, aunque pequeños, permitieron el flujo de experiencias y la acumulación de conocimiento dentro de ese grupo de almas. Este conocimiento acumulado permitió diversos desarrollos tecnológicos que dieron su nombre a posteriores épocas del desarrollo pre-histórico de la humanidad, i.e. la edad de piedra, la edad de bronce, etc.

El segundo salto evolutivo en importancia, desde nuestro punto de vista, fue la creación de la escritura. Es tan importante que, a partir de este momento, la historia recién comienza a llamarse historia y empieza a guardarse registro de los pensamientos, experiencias y conocimientos de la humanidad. A diferencia de la anterior etapa; en ésta, las pobres almas a que hacíamos referencia lograron llevar sus pensamientos y emociones más allá del círculo de seres cercanos a ellos, más allá de la fogata o reunión tribal logrando la creación de egrégores de mayor tamaño. Con la escritura, las emociones y experiencias de un hombre podían quedar guardadas para la posteridad y compartidas con seres humanos con los que nunca pudiera haber tenido contacto. Así, las pobres almas del futuro podrían acceder a los pensamientos del pasado y revivirlos o a los pensamientos de personas alejadas y sentirlos cercanos (¿el correo?).

Aunque la escritura permitió el crecimiento de los egrégores, el acceso a los textos escritos estaba limitado por dos razones: (i) los textos eran generalmente realizados en pequeñas cantidades –de modo que solo eran conocidas por un pequeño número de personas allegadas al dueño de la copia—y (ii) la mayoría de personas no sabían leer –por lo que el número de privilegiados se reducía mientras el resto seguía viviendo en egrégores de menor tamaño (y por ende de menor “potencia”?). En efecto, imaginemos la época en que los textos eran colocados en tablillas de barro o en papiro, en donde casi en la generalidad de los casos había un original el cual solo podía ser leído por aquellos que tenían acceso físico al documento y que, además, pertenecían a las clases sociales privilegiadas (generalmente iniciados de alguna escuela mística o miembros de una casta política). Algo distinto ocurrió posteriormente en la época de los copistas en la que tanto el número de copias como el número de letrados se había incrementado aunque, sin embargo, surgieron mecanismos para impedir el flujo de información como la inquisición y la censura (ver Index Librorum Prohibitorum) que impedían inclusive a los letrados tener acceso a los conocimientos, experiencias o emociones de almas anteriores o lejanas a ellos.

Un poco más adelante en este rápido escarceo (ver la quinta definición) histórico, surge un nuevo invento –como es la imprenta— la  cual permitió incrementar el número de copias de cada documento y brindar acceso a mayor cantidad de personas. Como es obvio a estas alturas de la exposición, el egregor que se formó en este caso alrededor de cada escrito fue gigantesco y poderoso, permitiendo revoluciones científicas, sociales y religiosas como nunca antes se había visto.

Posteriormente, se produjo la creación de las telecomunicaciones. Estas permitieron que las personas pudieran romper las barreras de espacio para transmitir sus pensamientos casi instantáneamente alrededor del mundo. Aunque si hablamos de los egrégores formados alrededor del teléfono, fax, telex y otros medios similares pareciera que son menores en tamaño que aquél formado por la televisión o la radio que, sin duda, formaron los egrégores mas grandes que conoció la humanidad hasta hace 40 años.

Efectivamente, el día de ayer se han celebrado los 40 años de la creación de Internet (…y finalmente se aprecia la razón de este post en un blog de derecho y tecnología) cuya potencia ha permitido que las personas no solo rompamos las barreras del espacio sino también la del tiempo. Ahora, las pobres almas apresadas en este mundo pueden conectarse con miles de almas al mismo tiempo (blogs), mantenerse cercano a aquellos seres queridos alejados geográficamente (facebook), tener acceso instantáneo a los sentimientos de otras personas (twitter), crear la compilación de conocimiento mas grande de la historia (wikipedia), compartir mis intereses con millones de personas (social bookmarking) o lograr una agrupación de sentimientos o pensamientos alrededor de un objetivo –un egregor??—en un tamaño infinitamente superior a lo que puede haber ocurrido en cualquier otra época (Activismo 2.0). Es decir, nos encontramos frente a la revolución mas grande de la historia de la humanidad y no debemos mantenernos alejados pues perderemos la oportunidad de alimentarnos de esta conjunción de energías.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Será posible crear un egregor más poderoso? Les dejo un video que encontré al respecto y que les permitirá dar una mirada a lo que se viene…

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