La proliferación de Internet nos ha hecho la tarea más fácil a los estudiantes, lo que no significa que la Internet nos haya hecho toda la tarea. Hace varios años la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) detectó la proliferación en los trabajos de investigación de textos tomados de Internet, sin citar la fuente. Muchos trabajos estaban íntegramente “bajados” de Internet y eran presentados como propios por los estudiantes. Contra ello, inició una muy divertida campaña publicitaria al tiempo que agravó las sanciones contra los estudiantes que tomasen textos de Internet para trabajos de investigación sin citar la fuente.
Como cualquier universidad que pertenece a la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), sus decisiones que afecten derechos de alumnos o profesores pueden ser controvertidas en segunda instancia administrativa ante Consejo de Asuntos Contenciosos Universitarios (CODACUN) de dicho organismo. Hasta ahí llegó el reclamo de dos estudiantes de la PUCP que habían sido suspendidos por cometer plagio. La CODACUN revisó el caso y dispuso que la PUCP reduzca la sanción de suspensión a amonestación. Su argumento estrella, tomado de la entrada en Wikipedia sobre el plagio, consideraba que ”los estudiantes se comportan de manera natural al imitar y copiar en exceso o sin indicar las fuentes” y que “la enseñanza consiste fundamentalmente en la repetición constante de ideas y formulaciones ajenas, omitiéndose muchas veces, por economía, las fuentes”. El íntegro de la decisión redactada en la tipografía Comic Sans se puede leer aquí.
El Comunicado oficial de la PUCP sobre el tema ha incidido sobre lo grave que resulta que un órgano colegiado conformado por ex decanos de Facultades de Derecho del país sustente sus decisiones en una página web como Wikipedia, cuyo contenido está expuesto a la libre modificación sin un filtro o respaldo especializado. Discrepo cuando señala que estaría “académicamente descalificado” usar a la Wikipedia en una investigación, en tanto representa una valiosa fuente de información que todos visitamos a diario y que debemos respetar. Pero sí concedo que está expuesta a errores. Por lo demás, ¿acaso la imprenta santifica las ideas? ¿cualquiera con dinero para imprimir un libro se convierte en especialista por el solo hecho de publicarlo?). Thomas Chesney condujo un estudio empírico en el 2006 (An empirical examination on Wikipedia’s credibility) en el que demostró que la Wikipedia en inglés tenía un margen de error relativamente bajo. Tras someter a análisis especializado un grupo aleatorio de artículos, solo se detectó errores en el 13% de ellos. Es decir, la Wikipedia no es una fuente de información absolutamente confiable (¿qué fuente lo es?) ni una del todo despreciable.
Lo preocupante de la decisión de la CODACUN es lo que subyace a ella: que el plagio es natural a los estudiantes y las Universidades han de ser condescendientes con ello. Quizás la CODACUN confunde el plagio con la cita, que es precisamente la utilización fragmentos de otras obras sin tener que solicitar autorización o pagar. El comportamiento natural de los estudiantes y de la educación universitaria es, como es obvio, apoyarse en la producción intelectual humana existente tanto en su proceso formativo como en su investigación. Es para eso, precisamente, que existe el derecho de cita y el paso de obras a dominio público, porque nuestro sistema reconoce que nada se produce desde la nada y que toda creación se sostiene en lo anteriormente hecho.
Sí, cuando abogamos por una Ley de Derechos de Autor más flexible decimos que la producción artística y académica conlleva un remezcla de mucho de lo ya hecho, pero en ningún momento pretendemos que se expropie la paternidad de las obras. Es más, a menudo la producción intelectual es más o menos valorada por la comunidad académica en función la frecuencia con la que es citada en otros trabajos (¿alguna vez han hecho una búsqueda en Google Scholar?). Hacer pasar una idea ajena como propia, en el marco de un trabajo de investigación, es reconocer que se carece de originalidad y, en buena cuenta, robársela a su autor. ¿La CODACUN quiere eso de los estudiantes peruanos?
La decisión de la CODACUN no solo es un despropósito ético y académico, sino también legal. Al ser el plagio un ilícito penal y una infracción a los derechos de autor, su permisividad va en contra de la ley. Me permito recordarle a la CODACUN el artículo 39 del Decreto Legislativo 822, Ley sobre el Derecho de Autor peruana:
Artículo 39.- Ninguna autoridad ni persona natural o jurídica, podrá autorizar la utilización de una obra o cualquier otra producción protegida por esta Ley, o prestar su apoyo a dicha utilización, si el usuario no cuenta con la autorización previa y escrita del titular del respectivo derecho, salvo en los casos de excepción previstos por la ley. En caso de incumplimiento será solidariamente responsable.
Es decir, es tan evidente el tema que va más allá que la propia ley reconoce que ninguna autoridad tiene la potestad de autorizar una infracción como el plagio. Este precedente representa un verdadero “suicidio intelectual” en el seno de la ANR, como lo ha calificado la propia Universidad. Finalmente, no puedo estar más de acuerdo con Eduardo Villanueva, profesor de Comunicaciones de la PUCP, cuando señala con acierto lo que en buena cuenta nos pretende decir la CODACUN:
Decir que el comportamiento natural de los estudiantes es el plagio, resulta una justificación ontológica de la mediocridad. Decir que la universidad debe aceptar este comportamiento y no hacer nada para combatirlo es aceptar que el Perú es un país mediocre y que no puede hacer nada al respecto.
Foto: Oficina de Imagen Institucional de la PUCP
usar comic sans debería ser ilegal también
Muy buena entrada Miguel.
Habría que ver de qué universidades han sido decanos los miembros del CODACUN, seguro que en dichas casas la vulgar copia y la desfachatez intelectual son cosa diaria.
El fallo del CODACUN no es malo, es malísimo y perverso, bastaría ver la tipología que se utiliza en la resolución para darnos cuenta de la seriedad del trabajo de sus miembros. Sin embargo, los considerandos de la resolución son todavía peores que el gusto al elegir el tipo de letra utilizado en la resolución.
Llama la atención que no se sancione el plagio luego de que la propia resolución advierta que esta actividad se realiza por holgazanería, para engañar o por el temor a no hacer un buen trabajo. Lo tienen claro, en realidad es holgazanería mexclada con desonestidad.
Por otro lado, la CODACUN confunde el hecho que parte del trabajo intelectual se sustenta en aportes de otros investigadores con el derecho que tienen estos mismos autores a ser citados y reconocidos. Es decir, no es posible convertir a estas investigaciones en propias impúnemente, al hacerlo se realiza un acto de desonestidad intelectual que no puede ni debe ser tolerado, máxime cuando seguro existen otros alumnos que sí se esforzaron y que no sólo se limitaron a copiar literalmente lo que aparece en Internet sin citar la fuente.
En resumidas cuentas el fallo de CODACUN es aberrante y contrario a lo que debiera ser el trabajo acádemico y universitario.
Por lo menos ya sabemos con el celo que realizan, o realizaron, sus artículos e investigaciones los miembros del CODACUN y el valor que por lo tanto debemos darles.
Sólo para terminar, la definición de enseñanza de la CODACUN no tiene despercicio: «repetición constante de ideas y formulaciones ajenas, omitiéndose muchas veces, por economía, las fuentes”.
De acuerdo con Lupi, no sé que es peor si santificar el plagio descarado o usar comic sans. En todo caso el fallo de la CODACUN es digna de un Marvell.
Estoy de acuerdo con el fondo del artículo. Es patético que se reconozca formalmente a la mediocridad como una condición natural de los estudiantes.
Sin embargo, debo decir, que un artículo que no hace más que citar y citar también me parece mediocre y si cita y cita latinazgos me parece peor que una resolución escrita en comic sans. Al menos esta última carece de vanidad.
¿Alguno sabe que semestre cursaban los alumnos que plagiaron?
[…] exposición de motivos son una transcripción literal de la entrada de Wikipedia sobre el plagio (al mejor estilo de la CODACUN peruana). Parece que no es la primera vez que este diputado recurre a la Wikipedia sin citarla, lo que le […]
¿Hay algo nuevo en todo esto? Tan natural como desconocer el valor de las ideas en la vida académica y utilizarlas sin citar a su autor es desconocer el valor de las obras en la vida diaria y descargarlas y disfrutarlas sin remunerar a su autor. Ambas filosofías parten del mismo principio: lo que no puedo empaquetar, no se rompe al caerse y no puedo pesar en una balanza, es decir, los productos de la inteligencia o el talento, no valen nada.
Panina,
Gracias por visitarnos y comentar. Es interesante que, como señalas, el poco respeto por la propiedad intelectual ha llevado a que sean prácticas socialmente aceptables actividades apropiarse de una frase o de un artículo o apropiarse de una canción.
Sobre el segundo ejemplo, me permito discrepar. Legalmente, es cierto, descargar una canción por Internet sin autorización del autor o titular es ilegal/delito/etc. Reconozco esta realidad y te doy la razón, pero me gustaría ahondar un poco más en el sentido de esta prohibición.
Al descargar o subir algo de una red eMule, utilizar una foto de Internet sin permiso o similar, no hacemos nada nuevo. Estamos participando de una compartición. Compartir, como lo hacían mis padres cuando se prestaban vinilos. Compartir, como lo hacía mi tío cuando copiaba cassettes. Utilizar obras sin fines de lucro, como lo hicimos en el colegio cuando recortábamos fotos de revistas para pegarlos en nuestros trabajos. Esta es una discusión compleja, donde lo importante es buscar un balance entre el derecho que tenemos todos a acceder y utilizar el conocimiento y el derecho de autores y creadores a ser recompensados por ello.
En ese sentido, compartir una canción es distinto que apropiarse de una idea de otro sin citarlo, lo que hoy es reprobado por nuestras sociedades ya que valoramos la creatividad individual y reconocemos que en ella se sustenta nuestro progreso.
Por lo demás, podríamos discutir también sobre cuándo el plagio empezó a criminalizarse. Por poner un ejemplo, Macbeth de Shakespeare está basada en varias otras obras cuya contribución no reconoce en el texto ni mucho menos recompensa o Troilo y Crésida, caso más nítido, que está basada en un cuento de Chaucer y literalmente se hace polvo la versión original. Si esto sucedería hoy, sería un plagio y probablemente Shakespeare nunca hubiese publicado esas obras. Como ves, las sociedades cambian y con ellas cambia su estándar de lo que es legal y lo que no es legal.
¿Alguno sabe que semestre cursaban los alumnos que plagiaron?
Miguel,
Hay una distancia inmensa entre el derecho del usuario a la copia privada y lo que viene sucediendo hoy con internet y que es muy diferente a nuestros padres prestándose vinilos o nosotros mismos recortando fotos. La copia privada es un concepto a repensarse en la era digital pues no mantiene casi ninguna de sus características primigenias: ya no hay relación personal alguna entre quien da y quien se beneficia de la copia privada (ni yo ni tú conocemos al ucraniano que se metió al cine cámara en mano ni al filipino que la subió a su servidor), ya no hay control en su distribución (si se tratase realmente de mi derecho de usuario yo debería estar en capacidad poder hacerla llegar a quien estimo y no dársela a quien no quiero, lo que no sucede al subir algo a la red), ya no es un acto limitado y personal sino masivo y anónimo (al no basarse en relaciones personales y perderse el control de la distribución, esta «copia privada» funciona hoy económicamente como una publicación clandestina, afectando el mercado regular y permitiendo la aparición de nuevos intermediarios, agregadores y buscadores, que, a diferencia de una discotienda o una librería, lucran con las obras sin la obligación de recompensar a los autores), y por último pero no menos importante, el entorno tecnológico es radicalmente distinto al que existía cuando se estableció la excepción de copia privada en el derecho de autor (este derecho nos fue otorgado cuando sólo habían dobles-caseteras y grabaciones analógicas, y en el entendido que no todo el mundo tendría una imprenta en el garaje, una fábrica de discos en la cocina o un servicio de distribución internacional en el dormitorio, y eso es precisamente lo que hoy todos tenemos, o estamos en camino a tener, gracias a internet). Quienes tenemos edad para habernos beneficiado de la copia privada y la usamos aún hoy podemos notar estas diferencias. Para las nuevas generaciones pues simplemente lo que está en internet no es de nadie, una res nullius, que por su abundancia y ubicuidad no vale nada.
Compartir es un término muy bonito. Implica un acto generoso de desprenderse, temporal o permanentemente de algo suyo, para que otro también pueda disfrutarlo. Cuando tus padres salían de la tienda de discos y compraban un disco para poder compartirlo, compraban y compartían eso: un disco. No salían de la tienda con un disco en la mano derecha y un contrato de cesión de derechos de autor en la mano izquierda para reproducirlo y distribuirlo en una mega-fábrica doméstica llamada internet. Hoy la gente guarda precisamente el disco en casa, ya que sí le ha costado, y «comparte» lo que no es suyo, el derecho de autor del disco. ¿No irían mejor las cosas si cada uno compartiese lo que le pertenece realmente?
PS. respecto a Shakespeare y su uso de historias como Macbeth, o Romeo y Julieta, o la misma Disney hoy en día cuando mete mano a cuentos clásicos, no creo que tendrían problemas al crear ellos su propia «expresión» de obras que pertenecen al dominio público. Una agenda pendiente sería en todo caso el acortar los plazos de protección en general puesto que la actual tecnología permite una «recompensa» al autor en términos cada vez más breves.
«La Catolica dix, regulom est»
Cuando cualquier organo de una mayor instancia no concuerda con La Catolica, que se prepare porque le viene una andanada de criticas organizadas. Ya sea CODACUN, TC, y/o el Visitador que está por venir.
Es como decir, «aprendan para la proxima vez y … dennos siempre la razon»
No deberia continuar asi las cosas.
No deberían, pero muchos de los que reclaman tolerancia y pluralidad no se caracterizan por predicar con el ejemplo.