En tiempos en los que el proyecto de Ley de la Cinematografía y el Audiovisual Peruano -que sirvió como excusa para iniciar esta saga- parece dormir un justo sueño, seguiremos con nuestro repaso de las diferentes experiencias cinematográficas. En esta oportunidad daremos una ojeada por el barrio, es decir, por las distintas políticas gubernamentales de fomento a la industria cinematográfica en Latinoamérica, empezaremos por Argentina.
Los comienzos
El cine argentino es casi tan antiguo como la propia industria. Sólo un par de años después (1856) de la demostración en público del cinematógrafo en París, se efectúa en Buenos Aires la primera proyección de una película en Argentina. Desde esa época se han estrenado unas 2,500 películas argentinas, lo que convierte a la actividad cinematográfica argentina en una de las más importantes del continente junto con las de Brasil y México.