El último egregor

Interbrain

Nota preliminar:¿Qué es un egregor? Para hacerlo simple, es un término esotérico que describe a una “entidad” autónoma formada y alimentada por la energía de un grupo de pensamientos alineados alrededor de un concepto o concentrados en un objetivo.

Desde que el hombre es hombre, o mejor dicho, desde que las almas hicieron su descenso a este mundo material y quedaron atrapadas en los vehículos físicos que nosotros llamamos cuerpo; hemos sido testigos de la incesante búsqueda de estas almas por lograr que sus pensamientos y emociones puedan ser captadas o recibidas por otras almas (y mientras mas de ellas mejor).

El primer salto evolutivo, y que algunos dirían que es justo aquello que define a la humanidad y la diferencia de los animales, fue la creación del lenguaje. Con este desarrollo biológico, estas pobres almas prisioneras lograron finalmente transmitir sus pensamientos y emociones a otras almas cercanas a ellas. Así fue durante siglos. Los humanos se comunicaban con otros humanos primero dentro de sus núcleos familiares o tribales logrando formar los primeros egrégores que, aunque pequeños, permitieron el flujo de experiencias y la acumulación de conocimiento dentro de ese grupo de almas. Este conocimiento acumulado permitió diversos desarrollos tecnológicos que dieron su nombre a posteriores épocas del desarrollo pre-histórico de la humanidad, i.e. la edad de piedra, la edad de bronce, etc.

El segundo salto evolutivo en importancia, desde nuestro punto de vista, fue la creación de la escritura. Es tan importante que, a partir de este momento, la historia recién comienza a llamarse historia y empieza a guardarse registro de los pensamientos, experiencias y conocimientos de la humanidad. A diferencia de la anterior etapa; en ésta, las pobres almas a que hacíamos referencia lograron llevar sus pensamientos y emociones más allá del círculo de seres cercanos a ellos, más allá de la fogata o reunión tribal logrando la creación de egrégores de mayor tamaño. Con la escritura, las emociones y experiencias de un hombre podían quedar guardadas para la posteridad y compartidas con seres humanos con los que nunca pudiera haber tenido contacto. Así, las pobres almas del futuro podrían acceder a los pensamientos del pasado y revivirlos o a los pensamientos de personas alejadas y sentirlos cercanos (¿el correo?).

Aunque la escritura permitió el crecimiento de los egrégores, el acceso a los textos escritos estaba limitado por dos razones: (i) los textos eran generalmente realizados en pequeñas cantidades –de modo que solo eran conocidas por un pequeño número de personas allegadas al dueño de la copia—y (ii) la mayoría de personas no sabían leer –por lo que el número de privilegiados se reducía mientras el resto seguía viviendo en egrégores de menor tamaño (y por ende de menor “potencia”?). En efecto, imaginemos la época en que los textos eran colocados en tablillas de barro o en papiro, en donde casi en la generalidad de los casos había un original el cual solo podía ser leído por aquellos que tenían acceso físico al documento y que, además, pertenecían a las clases sociales privilegiadas (generalmente iniciados de alguna escuela mística o miembros de una casta política). Algo distinto ocurrió posteriormente en la época de los copistas en la que tanto el número de copias como el número de letrados se había incrementado aunque, sin embargo, surgieron mecanismos para impedir el flujo de información como la inquisición y la censura (ver Index Librorum Prohibitorum) que impedían inclusive a los letrados tener acceso a los conocimientos, experiencias o emociones de almas anteriores o lejanas a ellos.

Un poco más adelante en este rápido escarceo (ver la quinta definición) histórico, surge un nuevo invento –como es la imprenta— la  cual permitió incrementar el número de copias de cada documento y brindar acceso a mayor cantidad de personas. Como es obvio a estas alturas de la exposición, el egregor que se formó en este caso alrededor de cada escrito fue gigantesco y poderoso, permitiendo revoluciones científicas, sociales y religiosas como nunca antes se había visto.

Posteriormente, se produjo la creación de las telecomunicaciones. Estas permitieron que las personas pudieran romper las barreras de espacio para transmitir sus pensamientos casi instantáneamente alrededor del mundo. Aunque si hablamos de los egrégores formados alrededor del teléfono, fax, telex y otros medios similares pareciera que son menores en tamaño que aquél formado por la televisión o la radio que, sin duda, formaron los egrégores mas grandes que conoció la humanidad hasta hace 40 años.

Efectivamente, el día de ayer se han celebrado los 40 años de la creación de Internet (…y finalmente se aprecia la razón de este post en un blog de derecho y tecnología) cuya potencia ha permitido que las personas no solo rompamos las barreras del espacio sino también la del tiempo. Ahora, las pobres almas apresadas en este mundo pueden conectarse con miles de almas al mismo tiempo (blogs), mantenerse cercano a aquellos seres queridos alejados geográficamente (facebook), tener acceso instantáneo a los sentimientos de otras personas (twitter), crear la compilación de conocimiento mas grande de la historia (wikipedia), compartir mis intereses con millones de personas (social bookmarking) o lograr una agrupación de sentimientos o pensamientos alrededor de un objetivo –un egregor??—en un tamaño infinitamente superior a lo que puede haber ocurrido en cualquier otra época (Activismo 2.0). Es decir, nos encontramos frente a la revolución mas grande de la historia de la humanidad y no debemos mantenernos alejados pues perderemos la oportunidad de alimentarnos de esta conjunción de energías.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Será posible crear un egregor más poderoso? Les dejo un video que encontré al respecto y que les permitirá dar una mirada a lo que se viene…

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El último egregor

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Nota preliminar:¿Qué es un egregor? Para hacerlo simple, es un término esotérico que describe a una “entidad” autónoma formada y alimentada por la energía de un grupo de pensamientos alineados alrededor de un concepto o concentrados en un objetivo.

Desde que el hombre es hombre, o mejor dicho, desde que las almas hicieron su descenso a este mundo material y quedaron atrapadas en los vehículos físicos que nosotros llamamos cuerpo; hemos sido testigos de la incesante búsqueda de estas almas por lograr que sus pensamientos y emociones puedan ser captadas o recibidas por otras almas (y mientras mas de ellas mejor).

El primer salto evolutivo, y que algunos dirían que es justo aquello que define a la humanidad y la diferencia de los animales, fue la creación del lenguaje. Con este desarrollo biológico, estas pobres almas prisioneras lograron finalmente transmitir sus pensamientos y emociones a otras almas cercanas a ellas. Así fue durante siglos. Los humanos se comunicaban con otros humanos primero dentro de sus núcleos familiares o tribales logrando formar los primeros egrégores que, aunque pequeños, permitieron el flujo de experiencias y la acumulación de conocimiento dentro de ese grupo de almas. Este conocimiento acumulado permitió diversos desarrollos tecnológicos que dieron su nombre a posteriores épocas del desarrollo pre-histórico de la humanidad, i.e. la edad de piedra, la edad de bronce, etc.

El segundo salto evolutivo en importancia, desde nuestro punto de vista, fue la creación de la escritura. Es tan importante que, a partir de este momento, la historia recién comienza a llamarse historia y empieza a guardarse registro de los pensamientos, experiencias y conocimientos de la humanidad. A diferencia de la anterior etapa; en ésta, las pobres almas a que hacíamos referencia lograron llevar sus pensamientos y emociones más allá del círculo de seres cercanos a ellos, más allá de la fogata o reunión tribal logrando la creación de egrégores de mayor tamaño. Con la escritura, las emociones y experiencias de un hombre podían quedar guardadas para la posteridad y compartidas con seres humanos con los que nunca pudiera haber tenido contacto. Así, las pobres almas del futuro podrían acceder a los pensamientos del pasado y revivirlos o a los pensamientos de personas alejadas y sentirlos cercanos (¿el correo?).

Aunque la escritura permitió el crecimiento de los egrégores, el acceso a los textos escritos estaba limitado por dos razones: (i) los textos eran generalmente realizados en pequeñas cantidades –de modo que solo eran conocidas por un pequeño número de personas allegadas al dueño de la copia—y (ii) la mayoría de personas no sabían leer –por lo que el número de privilegiados se reducía mientras el resto seguía viviendo en egrégores de menor tamaño (y por ende de menor “potencia”?). En efecto, imaginemos la época en que los textos eran colocados en tablillas de barro o en papiro, en donde casi en la generalidad de los casos había un original el cual solo podía ser leído por aquellos que tenían acceso físico al documento y que, además, pertenecían a las clases sociales privilegiadas (generalmente iniciados de alguna escuela mística o miembros de una casta política). Algo distinto ocurrió posteriormente en la época de los copistas en la que tanto el número de copias como el número de letrados se había incrementado aunque, sin embargo, surgieron mecanismos para impedir el flujo de información como la inquisición y la censura (ver Index Librorum Prohibitorum) que impedían inclusive a los letrados tener acceso a los conocimientos, experiencias o emociones de almas anteriores o lejanas a ellos.

Un poco más adelante en este rápido escarceo (ver la quinta definición) histórico, surge un nuevo invento –como es la imprenta— la  cual permitió incrementar el número de copias de cada documento y brindar acceso a mayor cantidad de personas. Como es obvio a estas alturas de la exposición, el egregor que se formó en este caso alrededor de cada escrito fue gigantesco y poderoso, permitiendo revoluciones científicas, sociales y religiosas como nunca antes se había visto.

Posteriormente, se produjo la creación de las telecomunicaciones. Estas permitieron que las personas pudieran romper las barreras de espacio para transmitir sus pensamientos casi instantáneamente alrededor del mundo. Aunque si hablamos de los egrégores formados alrededor del teléfono, fax, telex y otros medios similares pareciera que son menores en tamaño que aquél formado por la televisión o la radio que, sin duda, formaron los egrégores mas grandes que conoció la humanidad hasta hace 40 años.

Efectivamente, el día de ayer se han celebrado los 40 años de la creación de Internet (…y finalmente se aprecia la razón de este post en un blog de derecho y tecnología) cuya potencia ha permitido que las personas no solo rompamos las barreras del espacio sino también la del tiempo. Ahora, las pobres almas apresadas en este mundo pueden conectarse con miles de almas al mismo tiempo (blogs), mantenerse cercano a aquellos seres queridos alejados geográficamente (facebook), tener acceso instantáneo a los sentimientos de otras personas (twitter), crear la compilación de conocimiento mas grande de la historia (wikipedia), compartir mis intereses con millones de personas (social bookmarking) o lograr una agrupación de sentimientos o pensamientos alrededor de un objetivo –un egregor??—en un tamaño infinitamente superior a lo que puede haber ocurrido en cualquier otra época (Activismo 2.0). Es decir, nos encontramos frente a la revolución mas grande de la historia de la humanidad y no debemos mantenernos alejados pues perderemos la oportunidad de alimentarnos de esta conjunción de energías.

¿Qué nos deparará el futuro? ¿Será posible crear un egregor más poderoso? Les dejo un video que encontré al respecto y que les permitirá dar una mirada a lo que se viene…

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El pueblo unido jamás será vencido…

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Acabo de enterarme que la Electronic Frontier Foundation ha lanzado una página en la que se realiza un seguimiento permanente de las condiciones de servicio de 44 páginas web (entre las que cabe destacar a Facebook, Google, WordPress, Youtube y Ebay) con el objeto de que sus respectivos usuarios se mantengan informados acerca de cualquier modificación de dichas condiciones que pudiera afectar sus derechos.

La página en cuestión se llama TOSBack y se define a sí misma como un monitor de condiciones de servicio y señala expresamente que “… estas condiciones constituyen la base de la relación de los usuarios con las redes sociales, negocios y diversas comunidades online. Pero la mayoría de la gente solo se percata de estas condiciones cuando surge un problema. TOSBack fue creado para ayudarte a monitorear las condiciones de las páginas web que usas todos los días y mostrarte como son modificadas durante el transcurso del tiempo…”

Esto es muy cierto. Cuando empezamos a utilizar alguna página web siempre se nos solicita la aceptación expresa de las Condiciones de Servicio lo cual, a todas luces, constituye claramente un mecanismo de contratación. Pero, a diferencia de los contratos físicos, muchos de nosotros no prestamos atención o, en el peor de los casos, ni siquiera leemos los términos contractuales a los que nos estamos obligando al hacer “click” en el botón aceptar.

No obstante ello, hace unos meses se produjo un incidente relacionado con las Condiciones de servicio de Facebook que generó una campaña online que finalmente obligó a ésta última a echarse atrás en estas modificaciones e inclusive a llevar a cabo un proceso democrático de votación para que los usuarios se pronuncien acerca de las modificaciones que se iban a producir. Esto nos lleva a preguntarnos si basta con el control de los usuarios para proteger sus derechos o si, por el contrario, es necesaria la intervención del Estado para lograr este objetivo.

El control estatal de los contratos masivos implica, desde nuestro punto de vista, restarle importancia a la capacidad de control que los usuarios bien informados pueden ejercer sobre las empresas proveedoras de servicios, es asumir que los usuarios no pueden valerse por si mismos y que solo “papá Estado” es el único capacitado para determinar lo que le conviene a la mayoría.

Nosotros consideramos que el rol del Estado debería limitarse a vigilar que los proveedores de servicios cumplan con mantener debidamente informados a sus usuarios y que existan mecanismos para que estos puedan defender sus derechos directamente. Entre los primeros, en el caso de servicios brindados a través de Internet, bastaría con la publicación de documentos en la propia página web. Debo aclarar, eso sí, que otra clase de servicios deberían utilizar mecanismos diferentes; sobre todo si tomamos en cuenta el limitado acceso a Internet en nuestro país. Entre los segundos, podemos contar a las asociaciones de usuarios, a formularios web de queja o a mecanismos mas avanzados como encuestas o votaciones online al estilo Facebook.

En este orden de ideas, TOSBack resulta un mecanismo muy útil para mantener informados a los usuarios de una manera muy práctica. En efecto, al suscribirse al RSS de TOSBack cualquier usuario que desee mantenerse informado recibirá actualizaciones automáticas acerca de las modificaciones realizadas a las Condiciones de Servicio que le interesen. Una vez detectado algún cambio que le perjudique o que no le convenga podrá acceder a los mecanismos que la empresa hubiera puesto a su disposición. Claro está que -si no existiera este mecanismo- siempre podremos echar mano a alguna campaña en Internet a través de Twitter o Facebook que ya han demostrado en anteriores oportunidades lo buenos que son para estos propósitos.

El pueblo unido jamás será vencido…

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Acabo de enterarme que la Electronic Frontier Foundation ha lanzado una página en la que se realiza un seguimiento permanente de las condiciones de servicio de 44 páginas web (entre las que cabe destacar a Facebook, Google, WordPress, Youtube y Ebay) con el objeto de que sus respectivos usuarios se mantengan informados acerca de cualquier modificación de dichas condiciones que pudiera afectar sus derechos.

La página en cuestión se llama TOSBack y se define a sí misma como un monitor de condiciones de servicio y señala expresamente que “… estas condiciones constituyen la base de la relación de los usuarios con las redes sociales, negocios y diversas comunidades online. Pero la mayoría de la gente solo se percata de estas condiciones cuando surge un problema. TOSBack fue creado para ayudarte a monitorear las condiciones de las páginas web que usas todos los días y mostrarte como son modificadas durante el transcurso del tiempo…”

Esto es muy cierto. Cuando empezamos a utilizar alguna página web siempre se nos solicita la aceptación expresa de las Condiciones de Servicio lo cual, a todas luces, constituye claramente un mecanismo de contratación. Pero, a diferencia de los contratos físicos, muchos de nosotros no prestamos atención o, en el peor de los casos, ni siquiera leemos los términos contractuales a los que nos estamos obligando al hacer “click” en el botón aceptar.

No obstante ello, hace unos meses se produjo un incidente relacionado con las Condiciones de servicio de Facebook que generó una campaña online que finalmente obligó a ésta última a echarse atrás en estas modificaciones e inclusive a llevar a cabo un proceso democrático de votación para que los usuarios se pronuncien acerca de las modificaciones que se iban a producir. Esto nos lleva a preguntarnos si basta con el control de los usuarios para proteger sus derechos o si, por el contrario, es necesaria la intervención del Estado para lograr este objetivo.

El control estatal de los contratos masivos implica, desde nuestro punto de vista, restarle importancia a la capacidad de control que los usuarios bien informados pueden ejercer sobre las empresas proveedoras de servicios, es asumir que los usuarios no pueden valerse por si mismos y que solo “papá Estado” es el único capacitado para determinar lo que le conviene a la mayoría.

Nosotros consideramos que el rol del Estado debería limitarse a vigilar que los proveedores de servicios cumplan con mantener debidamente informados a sus usuarios y que existan mecanismos para que estos puedan defender sus derechos directamente. Entre los primeros, en el caso de servicios brindados a través de Internet, bastaría con la publicación de documentos en la propia página web. Debo aclarar, eso sí, que otra clase de servicios deberían utilizar mecanismos diferentes; sobre todo si tomamos en cuenta el limitado acceso a Internet en nuestro país. Entre los segundos, podemos contar a las asociaciones de usuarios, a formularios web de queja o a mecanismos mas avanzados como encuestas o votaciones online al estilo Facebook.

En este orden de ideas, TOSBack resulta un mecanismo muy útil para mantener informados a los usuarios de una manera muy práctica. En efecto, al suscribirse al RSS de TOSBack cualquier usuario que desee mantenerse informado recibirá actualizaciones automáticas acerca de las modificaciones realizadas a las Condiciones de Servicio que le interesen. Una vez detectado algún cambio que le perjudique o que no le convenga podrá acceder a los mecanismos que la empresa hubiera puesto a su disposición. Claro está que -si no existiera este mecanismo- siempre podremos echar mano a alguna campaña en Internet a través de Twitter o Facebook que ya han demostrado en anteriores oportunidades lo buenos que son para estos propósitos.

La CMT estrena blog, wiki y cuenta en Twitter

La Web 2.0, termino acuñado hace cuatro años por Tim O’Reilly, describe el desarollo evolutivo de Internet como una segunda generación de la Web, un estado en el cual se potencian al máximo las comunidades de usuarios aprovechando de una serie de servicios existentes como: redes sociales, blogs, wikis y folcsonomías.

Sin embargo, a persar del enorme potencial de estas herramientas o tal vez precisamente por ello, no son muchos los organismos de la Administración Pública que se han atrevido a poner estas herramientas en manos de los ciudadanos. El caso de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el regulador español de las comunicaciones con sede en la ciudad de Bacelona (en la foto) es un ejemplo a seguir en este sentido.

Hace unas semanas la CMT anunciaba la apertura de un blog. El objetivo declarado de esta novísima herramienta es: «hablar de regulación y de telecomunicaciones (…), explicar qué se esconde detrás de acrónimos impronunciables y de tecnicismos amenazantes. Queremos también abrir un nuevo canal de comunicación con aquellas personas interesadas en el sector y el conjunto de los usuarios, con el fin de divulgar y dar a conocer de manera directa las acciones de la Comisión«.

La CMT patrocina también el proyecto Wikitel (todavía en etapa Beta+) una herramienta del tipo wiki, especializado en cuestiones de regulación de las tecnologías de la información y las comunicaciones. La wiki está estructurada en tres portales transversales (jurídico, económico y tecnológico) y diez temáticos. También posee una serie de herramientas típicas como un blog y un foro, donde los usuarios pueden proponer y debatir asuntos relacionados con Wikitel y su estructura. En principio, cualquier persona puede colgar artículos pero se anuncia que un comité científico será el encargado de vigilar su idoneidad. Estos contenidos estarán licenciados bajo Creative Commons. Como ejemplo, podemos ver el artículo Neutralidad de la red de Wikitel.

Pero hay más, la CMT ha abierto una cuenta en Twitter, donde se detalla la última hora de lo ocurrido en el organismo y en las telecomunicaciones.

La iniciativa es buena y la miro con una sana envidia – ¿existe? -. En el Perú instituciones como Indecopi, organismos reguladores, municipios y gobiernos regionales – por citar sólo algunas- podrían tomar nota de  de las herramientas participativas que tienen ahora a su alcance. No cabe duda que la web 2.0 puede aportar algunos mecanismos muy robustos para acercar al Estado a los ciudadanos. Pero este es un reto que hay que afrontar con capacidad, sin complejos y con valentía. Tal vez nuestras instituciones no tengan todavía este grado de madurez, mal por ellas, recordemos la norma aprobada por Osiptel que restringe la información que debe alojarse en su pagina institucional y que comentáramos en este blog. Precisamente remando contracorriente.